¿Cuáles son los alimentos que no necesitan frigorífico?

Aunque es cierto que el frigorífico es uno de los electrodomésticos imprescindibles del hogar, no siempre es el método de conservación más adecuado para determinados productos. Hay alimentos que no necesitan frigorífico y para los que es mejor plantearse otras técnicas de conservación. 

Mala conservación de alimentos por falta de información

Alimentos que no necesitan frigorífico

Hagamos un test rápido. ¿Guardas el chocolate en la nevera? ¿Alguna vez has metido plátanos en el frigorífico? ¿Tienes los tomates junto a las lechugas en el cajón inferior del refrigerador? Entonces sigue leyendo porque, como la gran mayoría de los consumidores, no estás empleando las técnicas de conservación de alimentos adecuada.

Es muy habitual llegar del supermercado y meter en la nevera todos aquellos productos que, al menos aparentemente, parecen necesitar del frío para conservarse mejor. Lo que ocurre es que muchos de esos alimentos no necesitan bajas temperaturas y basta con almacenarlos en un lugar fresco para que a la hora de consumirlos estén en su punto óptimo.

Alimentos que no necesitan frigorífico

¿Por qué hay alimentos que no deben guardarse en el frigorífico?

Alimentos que no necesitan frigorífico

No se aplican los mismos motivos a todos esos productos a los que el frío de la nevera no les sienta nada bien. De manera general, se podría decir que son alimentos un poco particulares con los que hay que aplicar otros métodos de conservación para que no pierdan frescura, para que su sabor no quede adulterado o para que terminen de madurar. No obstante, recuerda también que la primera norma a la hora de aprovechar todo el potencial de tu nevera es tener claro el orden de los alimentos en el frigorífico. Seguro que te queda más claro si le hechas un vistazo a esta lista de alimentos que no deben guardarse en el frigorífico:

  1. Tomates: a bajas temperaturas, el proceso de maduración del tomate se frena. ¿Dónde almacenarlos? En el frutero.
  2. Quesos curados: el frío hace que se agrieten, que se resequen y que pierdan sabor. ¿Dónde conservarlos? En una quesera de cristal.
  3. Plátanos: junto al resto de frutas tropicales, no son muy amantes del frío de la nevera. ¿Dónde conservarlos? En el frutero y con un poco de film transparente en la punta si quieres que no maduren tan rápido.
  4. Chocolate: el frío no es un elemento indispensable para su correcta conservación. ¿Dónde conservarlo? En un lugar seco en el que la temperatura se mantenga constante entre los 15 y los 19 ºC.
  5. Pan de molde: la nevera no lo conserva mejor sino que hace que se estropee antes y que cambie de sabor. ¿Dónde guardarlo? En un armario de la cocina, fresco y sin luz.
  6. Conservas: tal como indica su nombre, son productos ya conservados. Mientras no las abras, déjalas fuera de la nevera. ¿Dónde guardarlas? En la despensa.
  7. Ajos: el frío provoca que los tallos verdes broten con rapidez. Además, su carne se apelmaza y pierden sabor y aroma. ¿Dónde guardarlos? En un lugar oscuro de la despensa, junto a las patatas y las cebollas.
  8. Especias: son el resultado de un proceso de desecado. El frío y la humedad acaba con sus propiedades. ¿Dónde guardarlas? En tarros de cristal con cierre hermético, a oscuras y a temperatura ambiente.
  9. Bollería industrial: si no quieres que los dulces absorban otros olores de la nevera y se resequen, no los metas en la nevera. ¿Dónde guardarlos? En un recipiente con tapa y en la despensa.
  10. Cítricos: la humedad de la nevera hace que naranjas, mandarinas y limones desarrollen moho y se pudran. ¿Dónde guardarlos? En el frutero, a temperatura ambiente.

Empleando la técnica de conservación adecuada para cada uno de estos alimentos, no tendrás que prescindir del sabor, la textura o el aroma de los ingredientes más comunes de tu menú.